A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
El "Soneto XIII" fue escrito por Garcilaso de la Vega (1501-1536), un autor castellano, introductor del petrarquismo en la literatura española.
Este soneto se refiere a muchos elementos del petrarquismo, como el amor no correspondido y el ideal no alcanzado, a través del mito de Dafne y Apolo: Apolo enamorado de la ninfa la persigue y ella desesperada pide ayuda a su padre, el dios Peneo, que la transforma en laurel para protegerla.
En este soneto se muestra el desenlace de la historia: la metamorfosis de Dafne y el dolor de Apolo que llora a sus pies causando el crecimiento del árbol.
En el soneto Garcilaso describe la gradual transformación de Dafne en laurel y la frustración de Apolo por no conseguir el amor de la mujer,
Hay que subrayar que el nombre del dios no aparece nunca y que el poeta se refiere a él con el pronombre "aquel".
El soneto respeta los cánones clásicos; dos cuartetos, dos tercetos, versos endecasílabos, rima consonante ABBA ABBA CDE CDE y catorce versos totales.
La lírica se puede dividir en tres partes: la primera comprende los dos cuartetos, en los cuales se describe la metamorfosis de la ninfa; podemos observar que la organización del esquema métrico está relacionada con la transformación. Además, se utilizan muchos epítetos (verdes hojas, áspera corteza, torcidas raíces) para remarcar el cambio, y también adjetivos que se refieren a la lucha (bullendo, hincaban) para indicar el tentativo de la mujer de librarse de su destino cruel,
Al verso 3 hay uno "yo poético" (vi) y por eso, el autor mismo ve la escena que está describiendo.
Finalmente, podemos entender que la mujer descrita tiene elementos típicas de la mujer renacentista (cabellos que al oro oscurecían, blancos pies, tiernos miembros).
La segunda parte incluye el primer terceto, donde se habla del eterno estado de Dafne y del sufrimiento de Apolo. Al verso 10 hay una cesura que remarca la perpetua condición de sufrimiento; más el enamorado llora más el laurel crece.
El dolor de Apolo se convierte en el dolor del poeta mismo, quien observa la triste escena en el último terceto.